Para mí las clases con Nerea han supuesto una nueva forma de practicar el yoga que nunca antes había experimentado, así que para mí han supuesto el comienzo de un camino de autoconocimiento y aprendizaje.

Por otro lado, en esta andadura para mí también es muy importante el grupo de compañeras y el buen hacer de Nerea que nos acompaña sin condicionar para que cada una encuentre su lugar…para mí somos como este bosque que vi ayer…un conjunto en medio de la nada, en círculo, mezclando saberes y experiencias de manera conjunta y colaborativa.

Las clases de yoga para mí son un reencuentro conmigo misma. La rutina y los quehaceres diarios apenas nos dejan tiempo para parar y escucharnos. Escuchar o sentir.

Alimentar nuestra alma es tan importante como todo lo demás, pero no solemos valorarlo.

Las clases de Nerea son un lugar placentero y maravilloso donde refugiarse de lo que sobra y reencontrarte con tu cuerpo, dar paz a tu mente y cariño a tu corazón.

Ella es una guía amable y sabia. Sin duda un regalito para los sentidos.

Recomiendo estos cuentos, como una guía personal en nuestra vida. Cuando creé el cuento con Nerea, me iba dando cuenta de que a través de las metáforas, surgían caminos y herramientas, de manera fácil y fluida. De hecho la imagen en que me libero y desato el nudo que había en mi interior, se me ha quedado anclada en la memoria y me sigue ayudando recordar esa imagen para reconfortarme. Llevo tiempo haciendo terapia pero me ha llamado la atención esta experiencia, en la que de una manera activa, fácil y corta se llega al inconsciente y sentimos una calma posterior.

Una experiencia que deja muy buen sabor de boca. En un principio, mi expectativa, era algo tipo, una solución al problema…, pero no, la resolución va más allá. Yo lo he sentido como un ejercicio de conexión con las personas implicadas en nuestro “problema”. Como una manera “mágica” de llegar a donde de otra manera racional, no llegamos. 

Hoy concluimos el viaje organizado por Nerea, hacia la luz, y la visión del mundo desde otra perspectiva. En cada estación me he ido sintiendo más ligera, descubriendo cuales son mis verdaderas necesidades para seguir este camino con alegría y entusiasmo. Gracias desde el corazón a Nerea.