
Las clases de yoga para mí son un reencuentro conmigo misma. La rutina y los quehaceres diarios apenas nos dejan tiempo para parar y escucharnos. Escuchar o sentir.
Alimentar nuestra alma es tan importante como todo lo demás, pero no solemos valorarlo.
Las clases de Nerea son un lugar placentero y maravilloso donde refugiarse de lo que sobra y reencontrarte con tu cuerpo, dar paz a tu mente y cariño a tu corazón.
Ella es una guía amable y sabia. Sin duda un regalito para los sentidos.